Shownotes
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras..
(1 Corintios 15:3-4)
Un hombre en la gloria con Dios
Los hechos anunciados en el evangelio de nuestra salvación son los siguientes: (1) Cristo murió por nuestros pecados. (2) Fue sepultado. (3) Resucitó al tercer día. (4) Fue visto por muchos testigos después de su resurrección. (5) Ahora es un Hombre en la gloria de Dios. ¡Hechos benditos anunciados a quienes están perdidos!
¡Hechos de importancia eterna para todo descendiente de Adán!
¿Es usted un descendiente de Adán? Entonces debe saber que estos son hechos de gran importancia para la actualidad y la eternidad. Permítame pedirle que mire a aquel Hombre bendito, humilde y obediente, que anduvo sobre esta tierra durante 33 años con absoluta gracia, bondad y amor. ¡Mírelo cuando las enfermedades de todo tipo desaparecían con tan solo un toque suyo y los demonios que atormentaban a hombres miserables salían de sus víctimas por orden de él! ¡Mírelo cuando un pobre pecador viene a su presencia y halla en él a aquel que tiene poder en la tierra para perdonar los pecados! ¿Quién es este Bendito y Amigo de los pecadores? Es el Hijo eterno de Dios.
En este pasaje de 1 Corintios vemos al amado Hijo de Dios entre los hombres, mostrando perfectamente lo que Dios es. Ahora bien, este Bendito ha vuelto al Padre, y ahora está en la gloria de Dios, aquella gloria que tuvo con el Padre desde antes de la fundación del mundo. Ha vuelto como Hombre, y es actualmente un Hombre en la gloria con Dios. Por lo tanto, conforme a la justicia divina, el hombre tiene un lugar en la presencia de Dios en Cristo. ¿No son estas buenas noticias para los pecadores perdidos? ¿No es grandioso saber que actualmente hay un Hombre en la gloria de con Dios? Esto es lo que abre la puerta de la esperanza al pecador culpable. Habiendo entrado allí como Hombre, Cristo abrió el camino para que usted también pueda entrar.
A. H. Rule