Shownotes
El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba… y alargó el discurso hasta la medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto… y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo… cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarmeis, pues está vivo.
(Hechos 20:7-10)
Dormido y revivido
Los detalles de la porción de hoy nos entregan un modelo a seguir. Pablo, acompañado por Lucas, el médico amado, se detuvo en Troas. Consideraron que era importante quedarse allí hasta el primer día de la semana, teniendo el privilegio de partir el pan junto con los creyentes allí, anunciando la muerte del Señor hasta que Él venga. Pablo era un gran misionero, pero una parte muy importante de su misión era establecer asambleas y enseñar la doctrina que Dios le había confiado.
El mundo había caído en una oscuridad moral, pues era de noche, pero había muchas lámparas para alumbrar en la oscuridad. Fue lo mismo cuando la oscuridad se propagó por la tierra de Egipto, pero entonces los israelitas tuvieron «luz en sus habitaciones» (Éx. 10:21-23). Pablo habló hasta la medianoche –el deseo de su corazón era edificar a estos nuevos creyentes en la fe. Este es un ministerio muy necesario en la actualidad.
Entonces Eutico, rendido de un sueño profundo, cayó desde el tercer piso y fue levantado como muerto. Al estar sentado en la ventana, él no estaba ni adentro ni afuera, ni frío ni caliente (Apoc. 3:15-16). Pablo descendió a donde había caído, y lo abrazó, y se recuperó. Pablo era el instrumento escogido por Dios para revelar el carácter celestial de la Iglesia, sus bendiciones y su destino. Cuando abrazamos estas verdades en nuestro corazón, somos restaurados y levantados cuando estamos rendidos de un sueño profundo, y somos elevados a un terreno más alto, para dar un testimonio más brillante para nuestro Señor Jesucristo.
Jacob Redekop