Shownotes
Someterse a la voluntad de Dios es una lucha contra cada fibra de nuestro ser carnal, y sin refuerzos espirituales, nunca podremos hacerlo. La muerte de Cristo en la cruz no sólo fue un modelo de sumisión completa, sino que fue el medio por el que pudimos tener acceso al poder para seguir ese ejemplo. Cuando oramos, recibimos un poder sobrenatural para confiar y someternos al plan perfecto de Dios.