Mateo García y la vida de un niño ecuatoriano nacido en el seno de una familia católica, un papá muy presente y trabajador, una mamá que renunció a su trabajo para estar tiempo completo con sus hijos, un matrimonio que se preocupó por inculcar responsabilidad y valores a sus hijos, el adentrarse "de lleno" en la fe gracias a un retiro de Lazos de Amor Mariano cuando tenía quince años, el decidir estudiar ingeniería industrial, el entrar en una relación de noviazgo a los veintiún años, el vivir un noviazgo sano que vivía la castidad y velaba por la santidad de ambos, la importancia de tener amistades que procuren vivir de la misma manera que buscas vivir, el comprometerse con su novia mientras concluía su universidad, el casarse y decidir irse de misioneros a Nueva Zelanda durante el primer año de matrimonio, el conocer el acto de ofrenda de Santa Teresita del Niño Jesús durante su tiempo de misioneros, el decidir mudarse a la ciudad de Saltillo en México para profundizar más en lo que conocieron durante su tiempo de misión en Nueva Zelanda, el embarazarse durante su mudanza a Saltillo, el tener a su primer hijo en "el ranchito", el deseo de compartir el conocimiento que fueron conociendo y adquiriendo, el comenzar a impartir cursos de filosofía y teología bajo cooperación voluntaria a través de su proyecto "Seamos Lux"...