Shownotes
Queremos gobernar sobre nuestros propios corazones y tratamos de convencer a Dios que nos deje hacerlo. Dios nos ama lo suficiente como para no dejarnos caer en nuestras propias trampas. El evangelio nos enseña que Jesús es el único Rey verdadero para siempre. Su Señorío nos lleva a un reino eterno que es mejor que el que nosotros tratamos de gobernar.