Nadie puede negar el privilegio que significa estudiar o trabajar en una gran compañía. La cantidad de información a la que tienes acceso es increíble. Podrías pasar la vida entera aprendiendo, porque no hay límites para el conocimiento ni la inteligencia.
Sin embargo, todas las instituciones tienen una misión que cumplir, y su prioridad no es prepararte al máximo para convertirte en el mejor profesional, sino darte la información básica para que puedas ejecutar un trabajo. Todos los detalles y secretos los tienes que aprender por tu por tu cuenta.
Después de muchos intentos, acierto y errores, te puedo compartir algunos tips que aprendí en el camino. Estos son....
Por lo general, cuando empiezas tu carrera, lanzas un negocio o te cambias de trabajo, la motivación está por los cielos. Quieres aprender y hacer todo, sueñas con llegar a lo más alto. Por desgracia, las prioridades del día a día, las políticas internas y el agobio administrativo acaparan tu atención. El poco espacio que te queda libre prefieres utilizarlo en descansar y desconectarte. Se van quedando atrás las intenciones de planear tu futuro o perseguir los sueños, que originalmente te llevaron a buscar una oportunidad en esa industria.
Mira a tu alrededor, la mayoría de las personas con las que trabajas o convives han renunciado a soñar en grande. Sus objetivos son ahora los de alguien más, han adoptado los que la sociedad o sus superiores han proyectado para ellos. Están atrapados en un círculo sin salida.
Ahora piensa en Steve Jobs, Bill Gates, Bruce Springsteen, Tom Brady, Oprah Winfrey o Walt Disney. Además de ser exitosos ¿qué tienen en común?. Que a pesar de enfrentar adversidades, nunca dejaron de soñar. Les tomó tiempo, se cayeron, se levantaron y modificaron el rumbo a lo largo del camino para alcanzar sus anhelos.
Son tan pocas las personas que se atreven a soñar grande, que el simple hecho de hacerlo te coloca delante de la mayoría. Hay más personas aplicando para posiciones de gerente que para las de director general, a pesar de tener las calificaciones. Por eso quien se atreve tiene una enorme ventaja competitiva.
No esperes conseguir todo lo que sueñas al 100%, con estar por arriba del promedio ya estás de gane.
[spp-tweet tweet=\"Para soñar en grande tienes que perder el miedo al ridículo, mantenerte curioso todo el tiempo, preguntar cuando no sepas y atreverte a hacer cosas que nunca has hecho. La creatividad es un músculo que crece mientras más lo estimules.\"]
No importa dónde estudies o trabajes, la formación tradicional que recibimos tiene como principal objetivo preparar buenos trabajadores, darte las habilidades que tu puesto y la compañía necesitan de ti. Se nos ha programado para ser seleccionados. Vivimos con la esperanza de ser elegidos para un buen puesto y, al cabo de unos años, ser promovidos. Creemos que alguien más es responsable de darnos las oportunidades que necesitamos para realizarnos. Ponemos en otras manos la libertad de elegir nuestro destino.
La innovación y el espíritu de emprendedor se presentan como algo arriesgado, inseguro y muy aventurado. No digo que no, pero ¿qué puede ser más seguro que depender completamente de ti mismo?
Construir tus propias oportunidades no significa que tienes que lanzarte al vacío sin tener una base sólida. Tampoco que solamente puedes hacerlo de manera independiente. Construir tus oportunidades evidencia una autoestima alta, una visión vanguardista del presente y la capacidad para sobrevivir en cualquier entorno.
[spp-tweet tweet=\"Para construir tus propias oportunidades puedes empezar a invertir poco a poco. Lanza un proyecto en línea para trabajar en él los fines de semana, o empieza un blog de algo que te apasione. Los resultados no son inmediatos, pero si eres constante, al cabo del tiempo puedes tener un ingreso adicional que va creciendo, y más adelante poder depender enteramente de ti para hacer lo que desees.\"]
Para las escuelas y oficinas, quien no encaja en los moldes establecidos se convierte en un problema. Las figuras de autoridad prefieren que todo el mundo se adapte a su patrón, a pesar de ser algo antinatural. El que opina o actúa de manera diferente puede ser considerado problemático o ser etiquetado como un mal team player. Poco a poco todo el mundo piensa y actúa de la misma manera para ser aceptado en ese círculo.
Es imposible pensar que todo el mundo tiene los mismos intereses o gustos, como también es utópico pensar que disfrazándonos podemos encontrar la verdadera realización.
Para alcanzar un estado de bienestar y ser exitoso tienes que ser verdaderamente auténtico. Los profesionales más destacados siempre lo han sido. Siempre de forma respetuosa, pero no tienen miedo de mostrar sus verdaderos colores ni pretenden dar gusto a todo el mundo. Son atrevidos, rompen esquemas e influyen positivamente en las personas a su alrededor.
[spp-tweet tweet=\"Para ser auténtico y fortalecer tu identidad, empieza por escuchar y respetar todos los puntos de vista, incluso cuando no estés de acuerdo. Fundamenta tus ideas con mucho conocimiento y no tengas miedo de expresarte. Para ser diferente no tienes que teñirte el cabello de rojo, pero sí tienes que ser coherente con lo que piensas, dices y haces.\"]
De unos años a la fecha, la narrativa de la sociedad individualista se ha robustecido como nunca. Se insinúa que la búsqueda de la felicidad es un esfuerzo individual y no colectivo. Celebramos a Messi, Obama o Mark Zuckerberg como si ellos solos hubieran conseguido transformar la historia, pero no es cierto. Sin duda son la cabeza de un equipo de profesionales destacados, porque no existe el éxito individual si no hay un logro colectivo.
Aun cuando trabajemos de manera independiente, siempre formamos parte de un grupo. Crear lazos de cooperación y confianza con muchos profesionales aumenta exponencialmente nuestras oportunidades de éxito.
[spp-tweet tweet=\"Para establecer una red de contactos fuerte y plural, conviértete en un conector y creador de oportunidades. Empieza por conocer a todos tus compañeros de la oficina, incluso los de otros departamentos. Acércate a tus colegas y competencia, y trata a todo el mundo con el mismo respeto.\"]
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No hay duda, la educación o capacitación tradicional es indispensable en la formación de un profesional exitoso, pero es apenas el inicio. Son tantas cosas las que podemos y debemos aprender, que es descabellado pensar que una institución educativa o una empresa puedan entregarnos todo lo que necesitamos para desarrollar nuestro potencial profesional al máximo.
El balón está en tu cancha. Si quieres destacar por arriba del promedio, es responsabilidad tuya continuar tu preparación de manera continua.
Antes de terminar, tengo para ti tres pequeños consejos muy fáciles de seguir, que tampoco te enseñarán nunca en la escuela ni en el trabajo: