Dentro de cada uno de nosotros existe esta tendencia a relacionarnos con Dios basándonos en el miedo y la inseguridad. Obedecemos a Dios o hacemos cosas buenas para sentir que hemos apaciguado a Dios y así poder obtener cosas de Dios. La historia del buen samaritano no es una historia en la que tratemos de ser mejores. No podemos complacer a Dios con la religión. La historia del buen samaritano es la historia del Evangelio. La historia muestra cómo la religión nos deja muertos, ¡pero Jesús vino a traernos a la vida! Jesús usa esta parábola no para señalar a la religión; la usa para señalarse a sí mismo y la necesidad de seguirlo.

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