¡Saquen las libretas, que se viene un temaaaaso! jeje Hola hermanas, que gusto poder compartir con ustedes de nuevo; hoy tenemos un tema medio tabú del que no mucha gente habla, el dinero. Hoy hablamos a la luz de la verdad, de qué es lo que dice la iglesia del dinero y de su administración. En definitiva nuestras finanzas son un tema a veces complicado en donde tener la luz del Señor es muy importante.

Te dejo los seis puntos importantes a ordenar en nuestras vidas para dejar resplandecer la luz de Dios. Vas a necesitar una pequeña libreta para desarrollarlos:

1. Registro de gastos e ingresos: anota todos tus gastos del mes y todo lo que ingresa. Nos ayuda a saber qué es lo que verdaderamente pasa.
2. Lista de deudas: sé honesta contigo, ¿a quién le debes?, ¿debes algo? Anótalo todo, sin pena.
3. Lista de gastos no periódicos o fijos: ¿cuáles son esos gastos fijos que haces? Puede ser alguna clase o servicio que pagues, anótalos todos.
4. Pequeño plan de gastos: si tienes el impulso de comprar algo, escríbelo en una libreta especial y espera dos semanas. Si pasando las dos semanas, sigues pensando que lo necesitas, pues ya puedes comenzar a considerarlo y ver como obtenerlo. ¿Qué es eso que quieres?
5. Metas financieras a corto y largo plazo o ahorros: ¿tienes metas a largo o corto plazo? Escríbelos, calcúla cuanto dinero necesitarías y crea un plan de ahorro anual y mensual.
6. Lista de generosidad/caridad: ya lo vimos, apoyar a la iglesia es importante, ¿cuál será tu apoyo económico a la iglesia? y, ¿cada cuanto lo harás?

Te comparto algunas frases de las que platicamos en el episodio:

“Y les dijo:” Miren y guárdense de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.” Lucas 12, 15

2407 (CIC) En materia económica el respeto de la dignidad humana exige la práctica de la virtud de la templanza, para moderar el apego a los bienes de este mundo; de la justicia, para preservar los derechos del prójimo y darle lo que le es debido; y de la solidaridad, siguiendo la regla de oro y según la generosidad del Señor, que “siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza” (2 Co 8, 9).

“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al dinero…” Mateo 6, 24 

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Un abrazo, 
Beatriz