En este episodio de "El Cambio en 100 Palabras", presentado por Fernando Jauregui, entrevista al famoso geriatra José Manuel Ribera, Fernando explora el impacto del envejecimiento poblacional y las implicaciones que conlleva para la sociedad. Se discute la posibilidad de vivir hasta los 130 años y se analiza cómo gestionar este proceso de envejecimiento de manera saludable, destacando la importancia de la genética y el estilo de vida. Se enfatiza en la prevención desde edades tempranas, así como en la relevancia de la actividad física, el consumo de líquidos y una actitud positiva. Además, se aborda el tema de las residencias para personas mayores y se reflexiona sobre los retos que enfrenta la sociedad debido al envejecimiento poblacional, como la necesidad de reformular políticas laborales y de jubilación. Una invitación a adaptarse al cambio y tomar conciencia de los desafíos que presenta el envejecimiento de la población.

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Hola, soy Fernando Jauregui y les voy a hablar del cambio. De ese cambio que está operando

sobre nuestras vidas de manera implacable, cada vez más acelerada, para mejor en algunas

cosas y me temo que para peor en otras. Yo se lo voy a ir contando. Cómo nos afecta

el cambio. Y voy a empezar por el mayor cambio de todos, que es el poblacional. La población

que envejece. Dentro de 5 o 6 años, los mayores de 65, seremos casi la tercera parte de la

población. Y eso tendrá consecuencias, tendrán que operar nuestros representantes en consecuencia.

Todos. Acompáñenme, acompáñenme hoy en este cambio. Vamos a vivir hasta los 130 años

normalmente. Y entonces, ¿cómo se gestiona eso? ¿Cómo envejecer saludablemente? De

cuerpo y de espíritu. ¿Qué hacer? ¿Cuándo hay que empezar a preparar ese envejecimiento

saludable? Son temas muy importantes. Venga conmigo.

El cambio en 100 palabras, un podcast de Fernando Jauregui. Te vamos a contar todos los cambios

que están transformando tu vida. Dentro de pocos años no os vais a reconocer ni tú

ni la madre que te parió. ¿Usted cree, doctor, que vamos a vivir hasta

los 130 años? ¿Eso es posible o es desearable? Hay una cosa que es cierta y es que todo el

mundo quiere vivir lo más que se pueda y en las mejores condiciones. Eso es lo más

importante. Desde la especialidad mía, desde la geriatría, tratamos más de mejorar la

calidad que la cantidad. ¿Vamos a vivir 130 o 150 o 200 o 300 como dice alguno?

Pues claro, hacer afirmaciones rotundas es muy difícil y yo creo que no de momento.

Si los avances que se están produciendo, sobre todo en el campo de la investigación

básica, en el conocimiento de cuáles son los mecanismos genéticos, diríamos, que

determinan el proceso de envejecer, pues consiguen avances y consiguen que algunas cosas que

se están logrando en animales de experimentación puedan trasplantarse a la persona, puedan

llevarse a la persona. Yo soy bastante pesimista, desde luego a corto plazo. Si alguien nos

está escuchando... -O sea, usted y yo no vamos a vivir hasta el último día.

-No, no, ni usted ni yo ni los que nacen ahora es probable que lleguen. Sí que es verdad

que la esperanza de vida media está aumentando muchísimo. La esperanza de vida media en

España en los años 80, pues era de sesenta y tantos años, al inicio del siglo XX era

de 35, que era probablemente muy parecida a la que podían tener los romanos del siglo

I. A lo largo del siglo XX ha subido una barbaridad y en este momento una persona que nazca en

España, si es mujer, tiene una esperanza de vida media de unos 86 años y si es hombre

de 81, 82. Eso quiere decir que el 50% de la población que nace en un momento determinado

en este país puede alcanzar esas... Las tasas de centenarios están aumentando.

-Pero no me haga spoiler, no me haga spoiler que esto vamos a tratarlo ahora. Primero le

voy a presentar a usted, que no lo he presentado porque habrá quien no le conozca y no conocer

al doctor José Manuel Rivera es un delito. -Es la norma.

-Es un delito porque estamos hablando probablemente con uno de los geriatras más importantes

de España y probablemente de Europa. Es un catedrático emérito de la Complutense y

es miembro de la Real Academia de Medicina y bueno, todo geriatra que se precie en este

país tiene que consultar con él y probablemente intentar ser amigo de él. No sé si es tan

fácil porque yo creo que tiene buen carácter. Ahora lo vamos a ver.

Desde qué momento hay que empezar a prepararse para tener 65 años en primer lugar. En segundo

lugar, usted me dijo una vez, me dijo, de acuerdo, que una de las cosas para envejecer

con éxito consiste, uno de los requisitos consiste en protestar. Me dijo "bebe mucha

agua, muévete mucho y protesta". Bueno, también son dos cuestiones diferentes.

La primera, cómo hacemos para llegar bien a ser mayores. Bueno, envejecer básicamente

depende de dos cosas. Una, la carga genética con la que venimos a este mundo. Que eso ya

no depende de nosotros, eso nos viene dado de oficio. Pero a medida que vamos cumpliendo

los años y que va pasando el tiempo, intervienen otros factores que llamamos envejecimiento

secundario. Que son los factores ligados al tipo de vida que llevamos, a la actividad

que desarrollamos, a los factores de riesgo a los que hemos estado sometidos y a la manera

de afrontarlos. Todo esto hace que una persona de 70, 80 años, en un momento determinado,

lo que es en ese momento, en un porcentaje muy alto, corresponda a esto del envejecimiento

secundario y que los factores congenitos progresivamente vayan teniendo cada vez menos importancia.

Entonces el énfasis, que además es lo razonable y lo fácil porque intervenir en la carga

con la que venimos al mundo es algo que está en estudio y que bueno, es probable que contribuya

en el futuro a eso que usted decía de llegar a los 130, 150. Pero en este momento, donde

el énfasis hay que ponerlo, es en llevar una vida entre comillas "sana". El tema de

la prevención, por ejemplo. Y en la prevención, desde que uno nace, es decir, un niño de

cuatro años que le enseñan a que tiene que lavarse los dientes todos los días cada vez

que coma, pues probablemente cuando llegue a los 80 va a tener la dentadura mucho mejor

que si ha aprendido el día de la boda. Menudo titular me está usted dando. Aprende a tener

65 años desde los cuatro años. Pues sí, exactamente. Esto está bien, ¿no? Está

muy bien. Y es un mensaje cierto y muy positivo. Entonces tiene que beber agua, andar mucho.

Bueno, ahora habla mucho. Entonces, en esto de la prevención, el segundo mensaje que

yo quería lanzar es que no hay edad tope para prevenir. Cuanto antes se empiece mejor.

Eso lo admite todo el mundo. Pero a los 80 y a los 90 años se puede prevenir. Un señor

de 90 años que deja de fumar, pues hace un favor a sí mismo y reduce el riesgo de determinado

tipo de enfermedades que dependen del tabaco. Si no hubiera fumado nunca, sería mejor,

pero nunca es tarde para tomar determinado tipo de medidas. Y eso referido al tabaco

se puede aplicar a otros muchísimos. La segunda parte de los consejos, efectivamente,

yo creo que el más importante de los tres que usted ha dicho es el de la actividad.

La actividad física. Moverse. Participar. Porque si te mueves físicamente, te mueves

también mentalmente. Si te mueves físicamente, normalmente te mueves también mentalmente.

Eso previene el Alzheimer, ¿no? ¿El moverte mentalmente? Bueno, lo dificulta. No lo previene,

pero sí que hay estudios que indican que retrasa la aparición probablemente y que

contribuye a enlentecer su progresión. O sea, la actividad física es fundamental a

cualquier nivel que se plantee. Y no digamos en este momento en el que muchas enfermedades

que antes mataban, pues ahora se ha conseguido superarlas y cronificarlas para luchar y para

superar problemas de cronicidad la actividad física a cualquier nivel. A nivel oso, a

nivel muscular, a nivel de patología de órganos, la actividad física es fundamental. El segundo

tema que usted ha dicho es lo del agua. Vamos a ver. Una de las características del envejecimiento

es que... Beber agua para no beber vino. Es eso. Beber líquidos. Pues sí que beber vino

era bueno. Ahora vamos con el vino. Las células, nuestras células tienden, y nuestro organismo

en general tiende a perder líquidos a medida que envejecemos. Y si llegan situaciones que

son un poco más urgentes, por ejemplo, las olas de calor o diarreas o tomar diuréticos

en una cantidad pues a lo mejor a veces un poco más alta de la que se debe, pues todo

eso requiere reponer. Entonces, en ingerir líquidos, fundamentalmente agua o líquidos

no alcohólicos. El alcohol, ya que usted lo ha mencionado, es un riesgo, es un factor

de riesgo para muchísimas cosas. Se dice y es cierto que en cantidades muy moderadas

determinado tipo de alcohol, vino por ejemplo, pues puede ayudar a algo. Pero en fin, como

norma general no sería una recomendación importante. Usted si tiene el hábito de beber

un vasito de vino con la comida, pues vale muy bien. Puede que hasta le venga bien. Pero

no sería. Y luego el tercer punto que usted ha mencionado, el primero, y que tiene mucha

importancia es el de protestar. Las personas mayores están educadas o estamos educadas

en la resignación. Hay frases que son ofensivas. Bastante bien está usted para los años que

tiene o a su edad que querrá. O eso son cosas de la edad. Son frases absolutamente ofensivas

si uno las analiza. Son llamadas a aguántese, son llamadas a la resignación. Luchar contra

eso es muy importante. Uno no tiene por qué dar por bueno la ciudad que querrá, porque

quiero estar bien, como usted. No hay diferencia ahí en los deseos. Aquí entra un combatiente

que nos va a decir una cosa al respecto. Porque yo creo que los medios, combatir al edadismo

es fundamental. Esta especie de desprecio por el señor que ha cumplido ya 60 años

y que hay que arrumbarle, esto es fundamental. Y los medios aquí jugamos un papel importante.

Ahora vamos a escuchar a un colega llamado Fernando Onera, que dirige un periódico que

se llama 65 y más, y sabe mucho de esto. Y está muy involucrado en esto.

nosotros desde la fundación tenemos ese servicio de atender a la rehabilitación

neurológica. Eso quiere decir, cualquier persona que sufra alguna patología de

origen neurológico, puede ser demencia o puede ser un insturio de una persona más

joven, un tumor cerebral, un traumatismo grano encefálico, cualquier patología que

esté relacionada a nivel del sistema nervioso central, nosotros realizamos esa

rehabilitación con un equipo que trabaja de manera transdisciplinar, donde tenemos

logopedas, neurólogos, terapeuta ocupacional, neuropsicólogos...

Pero, ¿yo cuándo empiezo?

A ir a la rehabilitación.

¿Cuándo me entero yo de que necesito de alguna manera ocuparme de mi mente, de

regenerar mi mente o de alertarla o de activarla? ¿Cuándo y cómo se hace eso?

El concepto de neurorehabilitación sí que es verdad que no lo utilizamos a

título preventivo, sí que funciona cuando ya hay una patología. Entonces, si tenemos

un diagnóstico con una patología de este tipo que yo estaba explicando, es el

momento de ir a un sitio de neurorehabilitación. A lo mejor, que también

lo hablamos nosotros, sí que se puede hacer algo y nosotros lo tenemos también

cuando ofrecemos los grupos de envejecimiento activo. Ahí sí que

intervenimos a nivel de prevención y ahí sí que puede ir cualquier persona que empieza a

notar algún despiste, que ya no hago las cosas como antes, no tengo esa agilidad

mental o esa rapidez a la hora de pensar, a la hora de responder. Ahí sí que cuando

nos damos cuenta de esos fallitos ya viene bien ir a un grupo donde se hace...

¿Cuando no te acuerdas de los nombres eso es una señal mala?

Depende, porque hay muchas veces, le decimos a muchas familias que puede confundirse con un

problema de atención. Hay gente que nos dice "niño, que no me acuerdo cómo se llama".

Bueno, si te lo acaban de decir, te lo acaban de presentar y mientras te lo

presentaban estabas haciendo otra cosa. Entonces, a veces no es un problema de

memoria, es un problema de atención. Ahora, si ya son nombres de familiares

conocidos más de tu entorno cercano y no te acuerdas y reitera el hecho de que

no te acuerden, entonces es una sospecha y nos tenemos que preocupar y acudir a un

profesional. Carmen, ¿y qué hago yo para de alguna manera activar mi mente? Insisto,

¿tengo que ir a un centro o puedo hacerlo desde casa? Y me puede decir Marina, por

ejemplo, tú misma que lo sabéis todo, me podéis decir "oye, pues mira, lo que tienes que

hacer es todos los días hacer ejercicios de memoria, todos los días acordarte de

algunas cosas, todos los días ponerte unas pruebas". ¿Qué hago?

Yo confío mucho en la prevención y confío mucho en que hay que tener hábitos de

vida saludable, hay que leer, hay un montón de aplicaciones móviles

totalmente gratuitas que podemos utilizar.

Por cierto, por cierto, las residencias

es una cosa buena o mala.

Irse a una residencia, "me voy a una residencia porque no estaré tan solo, porque no sé qué".

Las residencias, bueno, es un mundo muy complejo que da para mucho.

Las residencias, en principio y en teoría, son una alternativa al domicilio para

aquellas personas que o no lo tienen o no pueden vivir en él por la razón que sea,

que hay muchas razones. Entonces, en ese sentido, las residencias son un invento que está bien.

La gente tiene la idea, por cierto, de que los viejos y las residencias es algo que va unido.

Yo, por ejemplo, en clase pregunto a los alumnos,

¿cuánta gente mayor de 65 años creéis que vive en una residencia?

Y para mi sorpresa, bueno, ya no es sorpresa, pero la primera vez sí que lo fue,

casi siempre dicen, el 40%, el 60%, el 50%.

En España viven en residencias menos del 5% del total de personas mayores de 65 años.

Vamos a hablar con unas personas que tienen una residencia muy peculiar

en Málaga, la Fundación Juan Cruzado.

Hacen otras cosas. Preparan a envejecer.

O sea, una vez que has envejecido y estás allí, pues estás allí.

Pero preparan para envejecer, que es lo que estamos hablando.

Me ha gustado mucho la frase esa.

Desde los cuatro años usted tiene que prepararse para tener 65.

Esto está muy bonito.

Bueno, pues, esto. A ver.

A ver, que voy a ver unos datos.

Dice, dentro de diez años,

la población española de más de 65 años

será casi de la cuarta parte de la población total.

Eso es una revolución en todas reglas.

Si estamos hablando del cambio, el gran cambio es esto, ¿no?

El doctor José Manuel Marín, que sería atrás muy conocido,

y además es el director del Centro de Envejecimiento Saludable del Ayuntamiento de Málaga,

que ya en Málaga es una ciudad bastante saludable de por sí.

¿Qué tal?

Esa cifra que tú dices, ¿verdad? ¿Es así?

Sí, sí.

Cuando uno se va a la esperanza de vida de los 65 años,

que yo creo que son las más interesantes,

una mujer tiene todavía por delante 23 años de vida.

Pero solo el 40% de esa vida es en completa independencia.

Mientras que en un hombre que vive en menos, 19, es el 60%.

Libre de incapacidad.

Lo que veo es que si realmente los mayores de 65 vamos a ser tantos,

las políticas tendrán que cambiar, los políticos tendrán que pensar en nosotros.

A lo mejor esos 20.000 euros que Yolanda Díaz dice que va a dar a los jóvenes,

se los tiene que dar a nosotros, a los mayores de 65, ¿no?

No creo que el tema vaya por ahí.

Vamos a ver, está claro que, como dice un buen amigo, un experto,

Alessandro Caracce, estamos ante una verdadera revolución.

Y una revolución significa un cambio y una subversión del orden establecido.

Es decir, no podemos pensar que nuestra sociedad se va a organizar

de la misma forma en los próximos años.

Verás, el problema, el reto está en que junto a este envejecimiento poblacional,

las nuevas generaciones que se incorporan han mermado.

Y España está, es el segundo país detrás de Italia

donde la tasa de fertilidad de nuestras mujeres es más bajo, 1,7.

La tasa de reposición está en 2,1.

Eso quiere decir que la población envejece.

Y eso supone retos.

Yo te voy a dar algún dato para que te des cuenta de cómo nos tendríamos que organizar.

Mira, hay una cifra que es significativa que se llama la tasa de dependencia demográfica,

que relaciona las personas mayores con las personas que están en edad de trabajo.

En este momento nosotros estamos en un 30% de tasa de dependencia demográfica.

Significa que hay 3,4 personas trabajando por cada persona mayor.

Pero es que en el 2060 esto va a ser del 60%.

1,7 personas en edad de trabajar por cada persona mayor.

¿Eso qué quiere decir?

Porque nos tendremos que organizar en el trabajo y en las jubilaciones de forma diferente.

Que nos vamos a jubilar los 70, vamos.

Bueno, nos tendremos que organizar diferente.

Te voy a dar otro dato.

Mira, en los años 70 cuando uno se jubilaba,

percibía una jubilación durante aproximadamente 12 años.

En la actualidad, cuando uno se jubila, percibe esa jubilación durante 24 años.

No digo que sea malo, es magnífico.

Pero habrá que organizarse de forma diferente.

Estarás conmigo, ¿no?

Tendremos que pensar...

Ese es el cambio que viene, esa es la revolución que viene.

Por eso estamos hablando.

No es malo, pero es un reto.

Es un reto del que no se habla.

Y lo tenemos encima.

Mira, yo el otro día en un curso de verano aquí de la Universidad de Málaga,

que tuve la oportunidad de que me invitaran,

lo decía, es decir, estamos surfeando una ola

donde no nos estamos dando cuenta que estamos surfeando esa ola.

Y nos vamos a dar cuenta cuando estemos en la cúspide de la ola.

¿Sabes?

Y tenemos que ir adaptándonos.

Más datos, doctor.

Me han dicho que me van a dar una serie de datos que me van a dejar acongojado.

No, no, no, no.

Acongojado no.

Era otra palabra la que yo iba a usar.

Sí, lo que quiero decir es que tenemos que tomar conciencia.

Porque no lo estoy dando desde un punto de vista negativo.

Es una realidad.

Y además es una realidad que entiendo positiva.

Verás, hubo un primer ministro japonés

y un reputado profesor de economía o de la Ciudad de Yale,

que ahora mismo el país más envejecido es Japón.

Cuando se planteaban estos retos en Japón,

este hombre introdujo el debate que probablemente la gente más mayor

tendría que hacer un suicidio ritual de estos que hacen los japoneses.

Porque es cierto.

En la encuesta nacional de salud que se celebra, que se hace en España,

que se publica cada dos o tres años,

y no solamente en España, en otros países se hacen cosas parecidas,

hay una pregunta.

Usted considera su salud que es muy buena, buena, regular, mala o muy mala.

Es una valoración subjetiva de cómo se encuentra uno.

Las respuestas a cualquier edad,

las respuestas positivas suelen ser más que las negativas,

aunque lógicamente a medida que avanza la edad

se van aproximando las positivas y las negativas.

Pero lo que siempre ocurre es que las mujeres consideran

que su calidad de vida, su vida es peor que la de los hombres.

Es decir, las mujeres probablemente tienen procesos, enfermedades,

que matan menos o que matan más tarde,

pero que son más molestos.

Es decir, que les obligan a llevar una vida

con una proporción de inconvenientes o de una calidad quizás menor.

Generalizar es muy difícil, porque luego hay que ir al caso concreto.

Pero en términos amplios esto es una cosa bastante aceptada.

La estadística está ahí.

- Es que quiero que... Me están haciendo señal ya del control.

Me están diciendo que es un podcast y que no da mal decir la cosa.

Me gustaría que le despidiese un colega discípulo y amigo suyo,

que está en Málaga haciendo una labor muy buena, por cierto.

Nos vamos a despedir con él.

- Pues muy bien. Encantado.

Está claro que es, como dice un buen amigo, un experto,

Alessandro Caracce, estamos ante una verdadera revolución.

Y una revolución significa un cambio y una subversión del orden establecido.

Es decir, no podemos pensar que nuestra sociedad se va a organizar

de la misma forma en los próximos años.

Verás, el reto está en que junto a este envejecimiento poblacional

las nuevas generaciones que se incorporan han mermado.

Y España es el segundo país detrás de Italia

donde la tasa de fertilidad de nuestras mujeres es más bajo, 1,7.

La tasa de reposición está en 2,1.

Eso quiere decir que la población envejece.

Y eso supone retos.

Yo te voy a dar algún dato para que te des cuenta

de cómo nos tendríamos que organizar.

Mira, hay una cifra que es significativa

que se llama la tasa de dependencia demográfica,

que relaciona las personas mayores

con las personas que están en edad de trabajar.

En este momento nosotros estamos en un 30% de tasa de dependencia demográfica.

Significa que hay 3,4 personas trabajando por cada persona mayor.

Pero es que en el 2060 esto va a ser del 60%.

1,7 personas en edad de trabajar por cada persona mayor.

¿Eso qué quiere decir?

Porque nos tendremos que organizar en el trabajo y en las jubilaciones

de forma diferente.

- Que nos vamos a jubilar a los 70, vamos.

- Bueno, nos tendremos que organizar diferente.

Te voy a dar otro dato.

Mira, en los años 70, cuando uno se jubilaba,

percibía una jubilación durante aproximadamente 12 años.

En la actualidad, cuando uno se jubila,

percibe esa jubilación durante 24 años.

No digo que sea malo, es magnífico.

Pero habrá que organizarse de forma diferente.

¿Estarás conmigo o no?

El cambio en 100 palabras es una producción de Joyland.

Dirección y guión, Fernando Jauregui.

Producción ejecutiva, Carmen Fernández de Blas y Hernán Zinn.

Dirección de producción, Ainhoa Martín.

Locutado por Fernando Simón.

Diseño de sonido, Alejandro Martín.

Diseño gráfico, Juanjo Contreras.

Edición de vídeo, María Ángeles Mercader.

Dirección comercial, Alberto Rojas.

Producción, Wowlan, Fernando Pastini.

Una idea original de Hernán Zinn.

Joyland, la revolución del podcast.

Una empresa del grupo Wowlan.

[Música]