Estamos mucho más preocupados por lo que otros piensan de nosotros que por lo que Dios piensa. Esto hace que perdamos la oportunidad de experimentar el poder y las bendiciones que Dios tiene reservadas para aquellos que le sirven sin avergonzarse. Ya somos indignos por nuestro pecado y vergüenza. Tenemos que dejar de aparentar, dejar que Cristo nos redima y luego vivir sin vergüenza ante Dios en respuesta a su gran amor por nosotros.

¿Eres nuevo en Fielder? https://www.fielder.org/conectar

¿Preguntas o necesitas oración? Envíanos un correo electrónico a: pastor.virtual@fielder.org

Únete para Exhalar el Evangelio: https://www.fielder.org/dar