Shownotes
Nuestras circunstancias difíciles tienen la capacidad de absorber la esperanza de nuestros corazones y vidas. En el momento en que perdemos la esperanza, perdemos la voluntad de seguir adelante. Cristo nos prometió un Consolador mayor que nos traería esperanza. Cuando el Espíritu entra en nuestra vida, nos da esperanza vivificante en medio de nuestras circunstancias.