Shownotes
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 5:1)
Liberación por medio de la muerte de Cristo (2)
Jesús ha hecho la paz por medio de la sangre de su cruz (Col. 1:20). Sin embargo, la forma en la que me introduce al goce de esa paz es por medio de mostrarse a sí mismo resucitado de entre los muertos para nuestra justificación; y más aún que eso, mostrándonos a nosotros mismos como muertos al pecado, pero vivos para Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Muchas almas en este mundo se esfuerzan por morir al pecado. Esto se convierte en un verdadero tormento para los cristianos. Antes de convertirse a Dios, no se sorprendían de tener pecado; pero, luego de haber sido llevados a Él, se alarman al sentir las operaciones del pecado dentro de ellos. Dios no soluciona esto haciéndolos volver a la cruz y mostrándoles nuevamente la sangre de Cristo que fue derramada por ellos. La sangre de Cristo borra los pecados, pero no resuelve la cuestión del pecado que opera en el creyente después de su conversión. ¿Entonces qué la resuelve? Tú moriste al pecado, juntamente con Cristo; ¡y debes saberlo y actuar en consecuencia!
En Romanos 6, el apóstol Pablo nos dice: «¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?» (Rom. 6:3). Obviamente, la señal exterior del bautismo no otorga una bendición real. El bautismo con agua no es para nada un símbolo del derramamiento de sangre de Cristo; es por eso que no leemos nada acerca de él en Romanos 3. El bautismo me muestra cómo la muerte de Cristo es aplicada a mi naturaleza –la ignorancia de esto es, frecuentemente, una piedra de tropiezo para los hijos de Dios, y se transforma en un medio que el diablo utiliza para hostigarlos. Satanás sabe muy bien cómo utilizar esto, ya sea con el propósito de generar desesperación o como un instrumento para introducir la tentación. El cristianismo rechaza ambas cosas. Repele la desesperación y libera de la inmoralidad. Así como Él me ha mostrado la sangre que ha borrado mis pecados, también me conduce a ver que he muerto al pecado. Si no me hubiera dado esto, entonces aún seguiría perdido.
W. Kelly