¿Es posible transformar la escuela sin perder la esencia humana?

En este episodio especial, las tornas cambian: nuestro anfitrión, Javier Bahón, deja el micrófono de entrevistador para sentarse en la silla de invitado. De la mano de María Lería y Pilar Pérez Esteve, recorremos la mente y el corazón de uno de los referentes más sólidos de la innovación educativa actual.

Javier Bahón, además de ser un experto en todas las etapas educativas, con amplia formación internacional, es co-director del Centro Internacional de Aprendizaje Cooperativo y autor del modelo “aprender a pensar”. Bahón se percibe como un explorador de la curiosidad que cree firmemente que el cambio educativo no nace de hacer más, sino de hacer menos y mejor.

Por eso, nos invita a entender la innovación no como una acumulación de tareas, sino como un proceso pensado y sentido de humanización alrededor de los conceptos: talento y talante.

Un episodio imprescindible para docentes, directivos y familias que buscan una mirada auténtica y profundamente experta sobre el futuro del aprendizaje.

Educación en pequeñas dosis, un podcast de Javier Baón y María Leria en el que unimos voces cualificadas y hacemos tribu.

Porque educar es cosa de todos.

Hola a todos y bienvenidos.

Hoy es un día verdaderamente especial en la historia de nuestro podcast.

Normalmente estamos aquí presentando a invitados expertos en mil y una materias, pero hoy la silla de invitados está ocupada por alguien que conocéis muy bien, alguien que es la columna vertebral de este proyecto, nuestro anfitrión, Javier Baón.

Así es, hoy tenemos un súper invitado.

Exploraremos su trayectoria, sus pasiones y quizás descubramos algunos de sus secretos.

Pero como en todo evento importante, no estoy sola.

Estoy inmensamente agradecida de contar hoy con el apoyo y la presencia de Pilar Pérez Esteve, que nos acompañó en el primer episodio de este podcast.

Gracias, Pilar, por estar aquí.

Hola a todos, muchísimas gracias.

Gracias por contar conmigo porque creo que Javier Baón es un profesional y una persona que merece mucho la pena y quizá en esta conversación ayudemos a las personas que todavía no lo conocen a que lo conozcan y a que forme parte de su trayectoria personal como docente, sus investigaciones.

Así que muchas gracias por contar conmigo.

Muchas gracias, Pilar.

Bueno, pues entonces, sin más preámbulos, empezamos.

Dicen que si el Homo sapiens ha llegado hasta donde ha llegado es gracias a su curiosidad y a su empeño en explorar nuevos horizontes.

Quizás por eso, cuando miras el recorrido profesional de Javier Baón, tienes la sensación de estar ante alguien que ha hecho de esa curiosidad su manera de estar en el mundo.

Aunque él, fiel a su carácter y a su sentido del humor bilbaíno del libro, probablemente reste importancia a un currículum que impresiona incluso antes de empezar a leerlo.

Javier ha sido docente en todas las etapas educativas, director de dos centros, director durante ocho años de la Fundación Nuevas Claves Educativas y en la actualidad CEO de Tu Innovas Lab Educativo.

Es también codirector del Centro Internacional de Aprendizaje Cooperativo junto a los hermanos David y Roger Johnson, una de las referencias mundiales en este ámbito.

Tu trayectoria incluye además formación en Liderazgo para la Innovación en el MIT Professional Education de Massachusetts, casi nada, y una amplia experiencia como formador tanto en España como en Latinoamérica.

Y esto es solo una parte de una vida profesional que respira compromiso, reflexión y una inquietud genuina por transformar la educación para hacerla más humana, más eficaz y más auténtica.

Gracias, Javier, por estar aquí.

Inmenso placer estar aquí en este extraño cambio que hemos hecho, pero encantadísimo.

Y muchísimas gracias a Pilar por acompañarnos hoy en esta entrevista especial.

Por supuesto.

Oye, Javier, esto ya te lo sabes, empezamos como siempre, que no es fácil.

Cuéntanos ¿Cómo te definirías con dos sustantivos, dos adjetivos y un gerundio?

Bueno, yo me lo sé, me lo sé porque creo que esta pregunta que le hemos hecho tantas veces la tengo también pensada.

Y es que si tengo que elegir dos sustantivos, ¿No?

Padre y maestro.

Nací maestro como un jovencito que se ponía ante sus alumnos y parece que terminaré mi vida profesional siendo maestro de maestros.

Dos adjetivos, sin duda, inquieto y tú lo has bilbaíno y un gerundio.

Mira, el gerundio fue aprendiendo, fue luchando, pero hoy el gerundio es admirando.

La verdad que qué definición más bonita y qué real.

Bueno, tú como codirector del Centro Internacional de Aprendizaje Cooperativo, como ha dicho María, a mí me llama mucho la atención que siempre que hablas de aprendizaje cooperativo vas como un salto, vas a la mayor y dices que todo se hace intra, inter.

Y te refieres siempre a la inteligencia interpersonal, intrapersonal y las consideras la base del aprendizaje cooperativo.

¿Qué relación ves entre esos tres grandes inteligencia intrapersonal, interpersonal y aprendizaje cooperativo, Javier?

Pues mira, yo creo que de lo intrapersonal nace todo.

Primero somos una persona que nos tenemos que ir nutriendo a nosotros mismos, pero obviamente encontramos un límite, no tiene por qué haberlo.

Si una persona sigue reflexionando, meditando, siempre aprendiendo, los límites en realidad no existen.

Pero bueno, pongamos como que yo en mí mismo tengo un límite, pues necesito a los demás y por lo tanto acudir al cooperativo para aprender de los demás y con los demás.

Pero diría que el cooperativo no va de técnica pedagógica, no va de herramienta pedagógica.

El aprendizaje cooperativo va de relaciones humanas.

Yo creo que hacer aprendizaje cooperativo es establecer relaciones, conocimiento entre las personas y a partir de ahí nace la confianza y nace el cuidado de los demás.

Y cuando se lo oímos a los hermanos Johnson, incluso todavía más potente en esa frase que nos o llegamos todos o no llega nadie.

Eso sólo se puede hacer si sales de tu ombligo y cuidas y quieres a los demás.

Por lo tanto, estudiar y aprender.

Y lo que hacemos en la escuela, más que obtener un orgullo personal, yo creo que es el obtener la satisfacción de haber ayudado a otros y haber colaborado en el bien común.

Yo aprendo cuando los demás aprenden.

Esto lo aprendemos también muy bien de los alpinistas.

Cuando están bien encordados en una tarea difícil, se preocupan mucho de ascender, pero también de que los demás asciendan.

El éxito va a ser éxito de todos o de nadie.

Si uno cae, arrastra todos y esto por lo tanto no le interesa a nadie.

Se van a cuidar y el éxito es único.

El éxito es llegar, pero llegar todos.

Creo que esa satisfacción de aprender y de llegar tú solo la puedes superar.

El que lleguemos más.

No llego solo yo, llegamos todos.

Así que competir está bien, ser individualista está bien, pero cooperar está mejor.

Seguramente.

Digo, Pilar, que la falta de salud mental hoy en el mundo, pues a lo mejor tiene la raíz en ese egocentrismo, en ese egoísmo, en ese individualismo, en esa competitividad.

Siempre pensando no tengo suficiente, me falta algo, quiero más.

Y normalmente nos referimos a cosas materiales.

Así que somos como nuestro un pequeño enemigo, fabricadores de cortisol, que al final nos vamos destruyendo poquito a poco.

Y esa felicidad que la vemos en sociedades bien pobres y que carecen de tanto.

Pero esa sociedad donde viven felices, donde comparten, comparten el tiempo, comparten las risas, las experiencias, las vivencias, también los dolores.

Qué felices son.

Son como fábricas de oxitocina.

Yo creo que hay que aprender de ellos.

Por eso el aprendizaje cooperativo no va de técnica, va de humanizar.

Qué bonito, Javier, qué bonita definición.

Voy a hablar un poquito de tu colaboración con SM en proyectos memorables como el de Faros del Pensamiento o Como aprender a pensar.

Y también ese libro espectacular y estupendo que todo docente debe La escuela ante el espejo.

Un libro de una gran solidez, un libro que hace pensar y que ayuda mucho.

Pero dinos, Javier, ¿Por qué le pusiste ese título?

¿Qué querías que el lector encontrara al mirarse en ese espejo educativo?

Bueno, yo creo que una frase que escuchamos todos los que somos formadores o que visitamos los colegios.

No tengo tiempo.

Es como un mantra.

No nos damos cuenta de que una frase, cuanto más se repite, más real parece que se hace.

Y es cierto, el tiempo es limitado, siempre falta tiempo para las cosas que queremos hacer.

Sin embargo, lo que no podemos es concebir una frase que nos haga correr hacia adelante y a veces, sin darnos cuenta de hacia dónde, simplemente corremos, corremos.

Por eso mírate al espejo para mírate por fuera, por dentro, reflexiona.

Hay muchos resultados que nos dicen que las cosas no funcionan, por lo tanto, ¿Para qué acelerar y seguir corriendo hacia no sabemos dónde?

Hay un contexto social cada vez más difícil alrededor de la escuela, nos ponen encargos sin medios y sin recursos suficientes.

Pero démonos cuenta de que la peor creencia limitante que tenemos quizás no viene de fuera, sino de nosotros mismos.

Quizás nos autoboicoteamos en muchos aspectos.

Por eso la receta sencilla piensa, siente, organiza, planifica y a partir de ahí hagamos el espejo.

Es necesario.

La autocrítica del espejo es necesaria.

No nos gusta mucho hacer autocrítica y de hecho, cuando tendemos a buscar causas, casi siempre vamos fuera a ver dónde puedo encontrar un culpable fuera de mí, porque parece que eso me quita cierta angustia.

Pero es que eso no trae soluciones eficaces.

Lo primero que tengo que mirar es qué hay en mi mano, qué puedo hacer yo con lo que tengo y con lo que soy.

Por eso hace falta un espejo.

Bueno, Javier, a mí tu libro lo tengo aquí, siempre lo tengo cerca este libro, porque lo releo y lo muestro mucho a mis compañeros en las formaciones.

Me parece que es un libro que está conversando contigo todo el tiempo, todo el tiempo.

Tú tienes una forma de escribir que es muy dialogante, es muy lenguaje oral y yo es como si te estuviera escuchando, como si me hablaras a mí directamente a mí, a mí, a lo que pienso, a mis compañeros, pero sobre todo a mí.

A mí me gusta.

La verdad que es un libro que yo lo recomiendo mucho.

La escuela ante el espejo.

Y tú en el libro y también en tus conferencias utilizas una metáfora que me encanta, que dices que lo relevante no es remar más fuerte, con más empeño, tú a tu bola, sino hacerlo en la misma dirección.

Y con propósito.

Y eso enlaza mucho con esa frase de Séneca de que no hay viento favorable para quien no sabe a dónde ir.

¿Y por qué esas dos ideas están tan presentes en tus formaciones y en tu libro?

Tener un rumbo claro y remar juntos.

¿Por qué, Javier?

Jo, Pilar, y tanto.

Te agradezco mucho lo que dices sobre el libro y esa forma de escribir tan directa.

Yo creo que viene de algo que hay que dejar claro.

No soy escritor, yo no soy escritor, yo soy un contador de cosas, así que tal y como hablo, he escrito.

No me arrogo ese título de escritor porque no me corresponde ni de lejos.

A mí no me tienen que hacer premio Planeta.

Así que referido a lo que preguntas, el rumbo es la meta, es tu propósito.

Como personas empezamos con un propósito que en el mejor de los casos viene de la vocación.

Yo quiero ser maestro, lo que hace falta es que luego, durante lo duro que es este trabajo, esa vocación no se termine y por lo tanto es seguir un poco cada día cargándonos las pilas.

¿Bueno, pero yo por qué hago lo que hago?

¿Qué es lo que me mueve?

¿Cuál es mi convicción y cuál es mi motivación?

Por eso tengo que tener muy claro el rumbo.

Pero a nivel de colegio, claro, ya no estoy solo, estamos muchos allí, tenemos líderes y tenemos docentes y tenemos un rumbo también marcado.

¿Cuál es el propósito de un colegio, de cualquier centro educativo?

Pues yo creo que tienes que estar bien escrito, muy bien descrito en su proyecto educativo y en el perfil de salida del alumnado.

Ahí veo yo como dos focos importantes, dos faros que tienen que guiarnos hacia dónde vamos.

Y una vez que sabemos claro y que no se nos olvida y que no vale, ya sé que esos documentos están y que están en una balda.

No, no están en una balda, no son archivo, no son estantería, son la realidad de lo que buscamos.

Es una realidad reflexionada, consensuada, se supone y que por lo tanto supone para nosotros un rumbo común.

Otra vez estamos como los alpinistas, tenemos una meta común y todos hemos de ir hacia esa meta.

También nos ayuda, por ejemplo, a no subirnos a todos los trenes.

Una costumbre a veces de muchos profesores o muchos líderes educativos, decir pasa trabajo un tren, lo cojo, pasa otro tren, también lo cojo.

Y claro, cada tren va hacia un sitio distinto.

Al final no sabes a dónde estás yendo, y al final puedes estar perdido y lo único que te va cargando eso es de ansiedad y de falta de rumbo.

Por lo tanto, el rumbo nos da esa coordinación.

El proyecto educativo para mí es como el Everest, es un monte inmenso.

A ver, ¿Cómo subimos el Everest, una cima tan inmensa, si no es colaborando, coordinándonos y sumando esfuerzos?

Por eso al líder hay que planifica bien, estate con todos los miembros del equipo, inspíranos a todos y recuérdanos cada poquito cuál es ese faro al que estamos siguiendo.

Yo no creo, y cada vez creo menos, en cada maestrillo con su librillo, excepto obviamente, pues para esas diferencias que son tus peculiaridades, etc.

Pero no, mira, yo enseño como creo que hay que enseñar, no tiene nada que ver con mi compañero, con el aula de al lado.

Yo creo que esos tiempos se pasaron y lo que tenemos que hacer es, a ver, hablamos, reflexionamos juntos otra vez, nos ponemos ante el espejo, pero en equipo.

En equipo es la única forma posible de subir el Everest.

Y yo la verdad que hoy en día tendría mucho miedo de entrar en un quirófano donde me respondieran lo mismo que algunos Claustros cuando les ¿Vosotros cumplís vuestro proyecto educativo?

Y me bueno, se supone en general entre todos, Pues seguramente entre todos ya hacemos.

Yo no quiero entrar a un quirófano donde podrían decir suponemos que cada uno sabe lo que tiene que hacer.

Aquí suponemos cada uno se pondrá a cortar, a limpiar, pues seguramente entre todos lo haremos bien.

Por favor, estamos en el siglo XXI.

Poquito más.

Nos deja súper claro, Javier, esa frase que vamos a subrayar en fosforito y poner en mayúsculas Remar juntos y saber a dónde ir.

Porque esa es la base del liderazgo, de qué tanto trabajas y qué tanto nos cuentas.

Y que unes también a esos tres grandes pilares que para ti son los más importantes de la educación, las tres patas que no deben emociones, es decir, saber equilibrarse, aprender a lidiar con ellas para poder ayudar y acompañar también la segunda sería el pensamiento, cognición, cómo llegar a un pensamiento riguroso, habilidades de pensamiento y por supuesto, que ya lo has mencionado varias veces, cooperación.

¿Puedes hablarnos algo más de estos tres pilares?

¿Por qué son tan importantes?

Yo creo que tres pilares.

Bueno, hoy tenemos una cuarta pilar, aquí, que es la más importante de todas.

Pero estos tres pilares son un marco.

Yo creo que en todo lo que hacemos y concebimos debemos tener el marco claro.

El marco nos da seguridad y nos da rigor.

Por lo tanto, oye, yo las cosas, o este colegio, o este equipo, o este líder quiere hacer las cosas según este marco.

Eso da mucha claridad.

Muchas veces los profesores es que no sabemos ni a dónde nos están queriendo llevar, cada día parece que es hacia un sitio distinto.

Luego tener el marco claro es muy, muy importante para la transparencia, para la tranquilidad y para saber si estás haciendo bien o te estás equivocando, para poderte incluso autogestionar.

Sé que voy bien porque sé en qué marco me muevo.

Entonces, en este marco de tres patas fundamentales, un poco lo comentaba ya antes, hay una parte de construcción personal y en este terreno sería qué siento y qué pienso, cómo me siento, por qué me siento como me siento y cómo pienso y por qué pienso como pienso.

Entonces, una vez que yo tengo claro cuál es mi interioridad, salgo y aprendo con los demás y sigo creciendo con los demás, les doy y recibo de ellos.

Por eso creo que son tres patas fundamentales que como eso sí, en muchos centros los rodeamos de un halo especial que se puede llamar trascendencia, que no ha de ser necesariamente religiosa.

Esa profundidad, ese saber hacia dónde voy, por qué estoy aquí para estoy en qué quiero ser trascendente, qué quiero dejar como legado cuando ya no esté, todo eso me parece que es un marco fundamental para ese marco.

Además en la escuela tenemos competencias que son fundamentales para toda la parte emocional, esas competencias que mencionaba antes Pilar, la intra y la interpersonal y todas las habilidades de gestión y de autogestión y de gestión de las demás.

En la pata del pensamiento, como bien decías, el pensamiento riguroso, el pensamiento profundo, porque estamos inundados en una sociedad que todo lo hace corriendo y entonces hay más ocurrencias que ideas profundas y hay más impulsividad que reflexión.

Esto trae unas consecuencias muy, muy poco saludables para la ciudadanía y para la sociedad, pero además para los individuos, porque si tú no piensas, alguien pensará por ti.

Nos convierten en marionetas.

A veces crees que eres una marioneta libre y no te das cuenta de que estás absolutamente controlado.

Y luego en la pata de las competencias hacia la cooperación.

Eso que son las habilidades sociales, que son realmente ese complemento que hace que podamos ser, sentirnos y dar a los demás un entorno y un contexto de tranquilidad y de felicidad.

Eso se hace gracias a las habilidades sociales.

Qué interesante, Javier.

Fíjate, en el rato que llevamos hablando ya has mencionado de distintas formas la importancia del bienestar emocional, porque si nosotros no estamos bien, nada funciona a nuestro alrededor y por lo tanto eso ha de formar parte del núcleo duro de nuestro trabajo en las aulas.

Y desde hace unos años tú vinculas mucho el bienestar emocional a los espacios educativos y explicas que los espacios que habitamos condicionan cómo nos sentimos, cómo aprendemos y que diseñar bien un espacio es diseñar bienestar y competencia y conocimiento.

¿Por qué crees que el espacio ayuda tanto?

Y si un centro quiere iniciar este cambio de sus espacios, dinos un par de claves por las que tú empezarías.

Bueno, mira, hay mucha investigación, como en todos los terrenos, las investigaciones por suerte nos van acompañando.

Hay investigaciones que le dan más relevancia al espacio, otras que le pueden dar menos.

En todo caso puedo hablar también de mi experiencia particular.

Entonces, para mí el espacio, algunos le llaman el tercer maestro.

Bueno, eso quizás es mucho decir, pero da igual la consideración, si se basa en la propia experiencia, yo creo que está muy bien alimentada y la puedo justificar muy bien.

Hay centros que piensan que cambiar los espacios es ser súper innovadores.

Primer error, voy a cambiar los espacios porque así a los papás les gustará más y matricularán más a los nenes pequeños.

Por eso empiezan los cambios de espacios por el educación infantil.

Bueno, es un criterio, no lo comparto, pero es una forma de actuar sobre los espacios.

Yo creo que si habláramos de esas dos píldoras necesarias para que no te equivoques nunca con los espacios es primero fórmate, primero demos formación, primero sepamos cómo se pueden implementar metodologías activas y segundo, creemos los espacios que ayudarán a ello.

A veces voy a colegios y me dicen los este verano nos han hecho esta obra, no sabemos cómo hacer nada aquí dentro y por lo tanto seguimos trabajando igual que trabajábamos, pero bueno, con estas sillas y estas mesas y estos espacios sin tabiques.

Bueno, ahí ya vemos que hay un error.

¿Cuál es el fundamento de cambiar los espacios?

Pues Claro, si concebimos un colegio como lo que es o como lo que era, una unidad de pasillos con aulas cerradas a ambos lados, entonces tenemos, pues yo que sé, se puede llamar hospital o se puede llamar colegio, pero la construcción es similar.

¿Para qué hacemos un cambio de espacios?

Para humanizar el espacio, para hacerlo amable, para hacerlo habitable, para hacerlo gustoso, para que apetezca estar en él.

¿Qué objetivos conseguimos?

Perseguimos la mayor autonomía del alumno.

Siempre que hacemos un cambio de espacios logramos mayor autonomía en el alumnado.

¿Por qué?

Porque hay comodidad, porque hay flexibilidad, porque hay esa forma propia, autónoma de utilizar los espacios, siempre que se hayan diseñado y metodológicamente se utilicen bien.

Los resultados qué percibo siempre alumnos más concentrados, alumnos más focalizados.

Por supuesto, los profesores siempre dicen mejora la conducta, hay menos disrupciones.

Claro, claro, es que cómo no va a haber alumnos disruptivos encerrados 5 o 6 horas en un espacio que es tabiques por los cuatro lados.

Ya si eres un niño pequeño ni te cuento, porque las ventanas quedan altas, o sea, sólo ves los 40 metros cuadrados rigurosos de espacio cerrado.

El éxito se va a alcanzar, desde luego, cuando entendamos que el espacio es parte de la metodología, que es algo que hace que el alumno pueda vivir con transparencia todo lo que ocurre allí.

Hay profesores que insisten en que la sala de profesores esté bien cerrada para que mientras ellos están allí, ningún niño pueda verles.

Nunca he visto nada en una sala de profesores que tenga que ser escondido, todo lo contrario, he visto niños que aprenden porque ven a los mayores hacer lo que les dicen que hagan a ellos en el aula.

Cuando trabajamos en espacios comunes, incluso yo tiendo a que se compartan.

Puede haber profesores, directivos, niños, incluso alguna reunión que no sea privada compartiendo espacios.

Puede haber un tutor que no es profesor de un alumno, pero que le está viendo porque está dos mesas más allá haciendo su trabajo propio, pero está viendo que el alumno habla con otro alumno y están confundiéndose.

Interpelo e intento ayudar, intento mediar o porque hay adultos.

Los niños se autocontrolan más desde el principio.

El cambio de los espacios es un aspecto brutal que puede explotarse mucho, pero muy bien.

Qué interesante, Javier.

Nos das ya ganas a todos de empezar a tirar tabiques y sobre todo, de formarnos para usarlos bien.

Javier, siempre dices que aprender es aprender a profundizar y también dices, te hemos oído muchas veces, que menos es más y que no se trata de hacer muchísimo, sino de hacer bien.

Esto la investigación lo respalda, pero aún así cuesta que cale en algunos claustros.

¿Qué le dirías a esos docentes que incluso con la mejor intención se resisten a adelgazar o como tú dices en tu libro, apodar el currículo?

Bueno, pues mira, hay una frase que aprendí de Glenn Noman, decí quien quiere entender, entiende a la primera y quien no entiende, ni a la de mil.

¿Por qué?

Pues porque cada uno de nosotros hemos generado, creado desde pequeñitos y con nuestras experiencias, nuestras creencias.

Entonces, si para ti las creencias que has generado están resultando ser creencias limitantes y no creencias potenciadoras, entonces tienes un problema.

Ese problema te va a llevar a avanzar poco, a crecer poco, a aprender poco.

Y es que te falta flexibilidad.

Por eso cuando hablamos de reducir el temario para poder profundizar en el temario, no estamos hablando de vamos a quitar cosas de en medio, no, no, estamos hablando de que necesito tiempo para trabajar bien con mis alumnos.

Necesito que mis alumnos sean las mentes activas del aula.

En muchas clases y sobre todo en las clases magistrales, que no vamos a denostar al 100%, pero lo que sí tenemos que fijarnos en que en una clase magistral la mente más activa es la mente del maestro que está contando cosas, está profundamente concentrado, hilando, hilando todos los aprendizajes que quiere transmitir, intentando decirlo de formas diferentes, con un vocabulario apropiado, ve las caras de los alumnos, entonces intenta gestionarse y adecuarse.

Claro, esa mente está activa, pero los alumnos que escuchan, pues bueno, quizás al principio es muy atractivo el profesor hablando y puede tener ese poder de atracción, pero las mentes.

Es que incluso cuando un tema te atrae, si solo estás escuchando, tu capacidad de atender decae.

Es una capacidad humana y decae.

Entonces solo aprende la mente que está activa.

¿Cómo puedo hacer que mis alumnos estén más activos si no me da tiempo a cubrir todo el temario?

Pues está claro, habrá que reducir temario, entre otras cosas, porque te vas a dar cuenta de una cosa y no nos sigamos auto engañando.

¿En septiembre cuando llegas, les preguntas a los alumnos algo del curso ha pasado?

Y eso no lo vimos, eso en nuestra clase no lo diste.

Y entonces.

¿Pero cómo?

Pero si estoy seguro de que lo hemos visto, de que lo hemos dado, de que le he dedicado tiempo.

Por favor, si las cosas se hacen corriendo en nuestro cerebro, no se graban, esa no es la forma.

Dice la neurociencia que nuestras neuronas no graban datos, graban procesos.

Ese proceso ha de hacerlo el cerebro del alumno y requiere de más tiempo.

Por eso menos es más.

Y por eso les tengo que convencer y mira que me cuesta cuando planifican los profesores, ¿Por qué pones tantos objetivos?

¿Por qué pones tantas competencias?

¿Por qué Pones tantos saberes que no te va a dar tiempo excepto si solo lo haces?

Bueno, pues para el más rápido de la clase y a la velocidad del rayo no va a servir.

Por favor, vamos a concienciarnos y a tomar esta nueva creencia, menos es más, porque profundizo.

Muy importante esa creencia, porque además es que lo has repetido varias veces.

No tengo tiempo, hay mucho temario, muchos objetivos, poco tiempo, vamos corriendo.

Es que Javier, qué compleja es este oficio.

Como docentes, tú hablas mucho de la complejidad de la docencia y.

Y vas por muchísimos colegios a lo largo del curso, diferentes países, incluso cuando tú entras en un cole, Javier, en un centro, de lo que ves en las aulas, de lo que está ocurriendo, cuéntanos un poquito qué te preocupa de seguir viendo todavía y también qué te emociona.

Es decir, si tuvieras que señalar un foco prioritario, ¿En qué deberíamos concentrar nuestro desempeño para que la complejidad de este oficio no nos desborde?

Bueno, pues es verdad, basta con entrar, claro, cuando nosotros ya tenemos la experiencia que tenemos, basta con entrar a un colegio para que te lo diga todo o no te diga nada, basta con cruzar la puerta de entrada o estar solo cerca.

Y entonces hay espacios que no me dicen nada.

Bueno, lo peor es que hay espacios que me asustan.

Esto ya sería peor.

Pero aparte de eso, espacios que no me dicen nada, me da igual entrar aquí podría ser el portal de mi casa.

No, no me dicen ahí.

En cambio hay lugares a los que entran y te lo cuentan todo.

Nadie te está hablando, es el espacio, son las paredes es el ambiente, es donde ves a los niños, cómo les ves respirar, cómo estás viendo movimiento o quietud.

Todo comunica.

Me preocupa muchísimo pasar por pasillos, Bueno, esto no me preocupa, esto me deprime.

A día de hoy me deprime pasar por pasillos y ver a los docentes sentados en la mesa del profesor y las mesas en hileras de A Eso hoy en día me parece que es ya de una falta de profesionalidad grande.

Y hay mucha gente, incluso joven, que no se da cuenta de que está repitiendo modelos que para nada van a ser positivos.

No me gusta ver a los niños, 15 niños esperando en una fila a que el profesor o la profesora sentada en su mesa les corrija el cuaderno.

Son 20 minutos perdidos haciendo fila.

Hay cosas tan obvias.

Me preocupa ir a un colegio y ver tabiques oscuros, tabiques opacos, donde nadie sabe lo que pasa al otro lado, como si fuera secreto.

Y ya digo que es que nunca pasa nada que sea ocultable o que haya que ocultar.

Por lo tanto, transparencia.

Los niños aprenden del modelo de lo que ven.

Démosles modelo no sólo hablando, sino haciendo.

No tengamos que decir tú haz lo que digo y no lo que hago.

No, déjame ver cómo haces porque aprenderé, te aprenderé.

Por lo tanto, hay cosas que me asustan.

Lo que más me asusta, pero esto asusto de verdad, es cuando suena la sirena o el timbre ese y dicen wow, la fábrica, cambio de turno.

Bueno, hay cosas que son fáciles y que humanizan.

No es nada costoso.

Para resolver la complejidad, esta gran complejidad, pues mira, líderes que lideren bien, líderes que inspiren mucho, líderes que dediquen el máximo de tiempo.

Ya sé que es difícil, pero es uno de mis retos personales actuales.

Que hagan reuniones uno a uno, que estén con cada persona el tiempo que se necesite y muy frecuentemente.

Es lo único que puede ayudarnos.

Un líder que esté muy bien iluminado para iluminar, para inspirar, para focalizar.

Y con todo eso la complejidad disminuye.

Porque lo que estamos haciendo crecer es, por lo que hemos dicho tantas veces, el equipo.

El equipo que es el único que va a poder subir el Everest.

Qué bonito lo que cuentas, qué interesante, profundo.

Toda esa forma de enseñar y de aprender crea memorias imborrables en los chavales, en los niños, y en las niñas memorias imborrables que les van a acompañar toda su vida.

Son libros que son verdaderos tesoros, porque tú que eres un hombre de campo, que siempre que puedes te vas a cualquier país, a cualquier sitio, pero muchas veces estás dando formaciones en América Latina, nos enseñas el cole, pero enseguida nos enseñas la tierra, eso que a ti te atrae tanto.

Yo creo que ese amor por la naturaleza que forma parte de tu esencia como persona y esa confianza en promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible de los que eres embajador y que nos hace a todos mejores personas, se traducen fenomenal en estos libros, que son unos libros que me encantan.

Me encantan porque cualquier chaval de 9-10 años lo puede leer solo, son muy amenos, están llenos de textos distintos, de imágenes cautivadoras, de mujeres que hacen un mundo mejor, unas fotografías, códigos QR que nos llevan.

Pero los niños más pequeños pueden leerlos fenomenal con sus familias, porque todo se puede leer a cualquier edad, cuando te acompañan en la lectura.

Yo creo que estos libros son una joya para cualquier biblioteca escolar, una verdadera joya y un regalo precioso.

Yo de hecho lo he hecho para cumpleaños, para Reyes.

Cuéntanos un poco qué buscabas, qué te motivó a escribir estos libros.

Bueno Pilar, una vez más muchas gracias, como bien dices, para mí, y es que comencé muy jovencito ya siendo profesor de Ciencias Naturales y nunca he disfrutado más de la docencia que siendo profesor.

Es decir, poder ser docente y además de Ciencias Naturales, para mí era un auténtico regalo.

Sí toda la vida siendo un bilbaíno, rodeado de montaña, de verde, de mar, la naturaleza, los animales, las plantas siempre han tenido un imán muy especial para mí, pero realmente quizás los libros nacen después de mi visita.

Ahí tengo a mi amigo en Orangután, una de mis fotos en Indonesia, en Sumatra, cuando visité, cuando hice realidad un sueño desde mi innovación infancia, de ver conocer a los orangutanes en libertad, ver a los orangutanes en su entorno salvaje, eso fue para mí una cosa maravillosa.

Lo que pasa que a la vez aprendí que cada gramo de aceite de palma que voy a consumir es un trocito menos de selva donde pueden vivir no sólo los orangutanes, sino también otros animales endémicos de Sumatra, como el tigre de Sumatra, etcétera.

Grandes animales y no sólo, porque además los indígenas y sus formas ancestrales de vida han estado anclados en lo que era antes Indonesia, ahora se ha transformado en un régimen de quemar selva para plantar palmas de donde sacar aceite de palma en un régimen casi siempre de explotación, incluso de trabajo infantil.

Bueno, pues pensando que igual que el colibrí en esta leyenda, en esta preciosa fábula que nos dice ante un incendio, va el colibrí con su gotita de agua en el pico y el cuervo se ríe Ay, ¿Qué haces tú?

Pues yo hago mi parte, yo estoy haciendo mi parte.

Y pensé que podía hacer una parte un poquito más amplia de lo que hacía con estos libros y llegar a los niños, porque es la edad en la que creo que o educa sus valores, y en este caso valores de sostenibilidad, o si no los acabamos de educar, pues acabaremos esquilmando el planeta.

Es una vergüenza.

Es una vergüenza el egoísmo de mucha gente adulta que piensa en llenar su bolsillo hoy a costa de no dejar nada para nadie en las futuras generaciones.

Entonces escribí estos libros y me refuerza luego cuando hablo con niños en aulas que las han leído y dicen les ve muy receptivos al mensaje.

Sí, porque ahora voy al supermercado y porque le digo a mamá y a papá también me pero Javier, me ha dado mucha pena, sobre todo la historia de la mamá orangután que perdió a su bebé y he llorado.

Y yo les digo yo también, yo también.

¿Pero cómo podemos seguir educando una sociedad tan insensible?

La imagen la estoy buscando ahora porque no la tenía con el papelito, pero la imagen de esa orangutana es que es una imagen que tienes que parar de leer porque te conmueve tanto, la verdad.

Es tan bonito el libro, se lee tan bien, te atrapa porque es un libro, es un relato, es una historia, pero está llena de de aprendizajes.

Son unos libros de verdad preciosos, preciosos, Javier.

Pues gracias, me animas porque ya viene el tercero.

Está en construcción una historia nueva.

Qué buenas noticias, Javier, porque son conmovedores y tan importantes y necesarios, como decía Pilar, para esa edad clave en la que podemos empezar a desarrollar esa edad interés y que les encanta además controlar y contribuir a que el planeta sea mejor.

Voy a cambiar un poquito de tercio ahora, Javier, déjame hacerte otra pregunta de esas que te obligan a mirar hacia adentro y un poquitito hacia arriba, como cuando se ve el Guggenheim desde abajo.

Después de todo lo aprendido, vivido y liderado, ¿Qué te sigue conmoviendo de la educación, qué hace que sigas todavía remando y haciendo remar a tantísimos docentes detrás de ti, contigo, con tanta convicción?

Pues María, qué bien que mencionas el Guggenheim, porque de verdad, ponerte en el atrio, eso es una razón de admirar de esto es imposible, pero está aquí.

Es una boca nada más de esperanza en las capacidades humanas.

Mi propósito, el sentido que poco a poco ha ido dando más propósito a mi vida en el terreno profesional.

Fui a Filadelfia a formarme con Glenn Doman sobre estimulación temprana y volví y recuerdo que recién llegado a Bilbao yo sentía que estaba todo el tiempo sonriendo de verdad, de verdad.

Y que mi cabeza no dejaba de tengo un tesoro, tengo un tesoro y lo tengo que compartir.

Yo tengo que decirle a todo el mundo lo que acabo de descubrir de ojos de este señor que casi tiene 80 años, que le brillan los ojos como si fuera fuese un niño pequeño.

Tanto respeto, tanto amor, tanto conocimiento.

Bueno, pues a partir de ahí he intentado beber de fuentes tan potentes como la de Glendovan, siempre yendo a las fuentes.

Por eso he viajado y por eso creo tanto en la formación profunda, a pesar de que quizás los tiempos actuales no son tanto de formación profunda.

Ahí está TikTok.

Bueno, es otra forma de formarse los mejores profesores porque tienen muchos likes.

Estamos en una época en que se valora quizás más lo efímero, lo intrascendente.

Pero yo, mientras pueda seguir bebiendo de las fuentes, reflexionando, haciendo buenas uniones entre lo mejor de la educación y ofreciéndoselo a todos aquellos que siguen pensando que la educación es el arma más poderosa del mundo, que no se diga que al menos no lo intenté, Desde luego.

Es el arma más poderosa del mundo, pero a lo mejor para un bilbaíno, imagínate que mañana te ofrecen transformar la educación de todo un país o transformar tu Athletic para que gane la Champions.

¿Qué dirías, Javier?

Tendría que pensar, tendría que pensar y pensaría, ¿Sabes cuánto?

Cero, cero coma.

Eso es lo que pensaría.

No me gusta el fútbol, porque hablamos del atletismo.

No me gusta el fútbol, no sigo la liga, no sigo competiciones.

Pero cuidado, en Athletic no se toca.

Si hablo del Athletic, hablo de valores, ¿No?

Hablo de dinero, de inversiones, de negocio.

Hablo de respeto a la cultura propia, hablo de amor, hablo de orgullo, de sentimiento, sentimiento de ser uno.

Hablo de cuidar las raíces, hablo de cuidar a los peques, hablo de ambiente, de familia, hablo de habitar una catedral, hablo de sacar la gabarra con un millón de personas emocionadas o que lloramos porque no sale la gabarra.

Así que si quieres saber cómo transformar la educación de un país, te lo acabo de decir.

Qué bonito.

Qué comparación más espectacular.

Nunca había pensado en un equipo de fútbol desde esa perspectiva.

Que mira, ya hasta nos gusta.

Oye, Javier, estaríamos aquí todo el día hablando contigo y días y semanas y mucho más, pero tenemos que ir acabando y tú ya sabes cómo termina esto, ¿No?

Así que, bromas aparte, nos tienes que dar.

¿Cuál sería para ti un efecto guau qué te gustaría tatuarte?

Metafóricamente, claro, o que cualquier docente tuviera que tatuarse una frase para que ningún docente la olvide.

Bueno, pues también para los que me conocen, no va a ser esto ninguna novedad.

Talento.

Vamos esperándolo.

Claro, No podemos, No podemos educar solo el talento, el saber, el contenido de tu profesión sin talante, sin actitud.

Una persona con mucho talento y sin talante es un engreído antisocial.

Necesitamos acompañarlo, por eso en todas las leyes, en todas las aulas, en todos los proyectos educativos, en todas las planificaciones de cada situación de aprendizaje, Eso es lo que pondría talento y talante.

Y en esas clases no dejaríamos nunca de decir wow, vaya clase.

Qué bueno.

Javier, muchísimas gracias por acompañarnos hoy con tu talante, transmitirnos tantísima sabiduría y aterrizarla de esa manera tan humana y tan sencilla de entender.

Un verdadero placer.

Muchísimas gracias, María.

Muchísimas gracias, Pilar.

Ojalá sigamos en esto.

Como el colibrí, este podcast también son gotitas que ponemos con tanto cariño y tanto amor.

Así haremos Talento y talante, Javier, que es tu mejor definición.

Gracias, Pilar, por acompañarnos hoy.

Esto Ha sido maravilloso.

Gracias a ti.

Cuando quieras, repetimos.

Aquí estamos.

Gracias.

Gracias.

Sumamos otra dosis de inspiración.

Lista para llevar.

No olvides practicarla y compartirla, porque haciendo tribu llegamos más lejos.

Te esperamos en el próximo episodio.